La sangre me hervía, mi torso temblaba como si un terremoto se estuviese colando dentro de mi ser, a cada paso que daba mi respiración se entrecortaba, me era muy difícil inhalar oxigeno y mucho más exhalarlo, sentía como mis piernas se independizaban de mi cuerpo aumentando su velocidad cada vez más y más...

Así con una destreza que solo los shinobi entrenados y adiestrados en la arte oscuras pueden poseer, saltaba de edificio en edificio, dejando que ese líquido frío y desteñido riegue mi ropaje, empape mi cabellera y se adhiera a mi organismo...

Estuve vagando de 2 a 3 horas por lo que parecía una ciudad muy avanzada, los edificios ascendían a tamaños inimaginables tanto así que adoptaban la forma de un rascacielos; como yamakasi saltaba, evadía el peligro, burlando una y otra vez a mi febril compañero, quien no se cansaba de musitar palabras en un idioma arcano...

_Donde estas...
_..., ..., ...
_Hokage...

Ya casi el reloj tocaba las 23.00 horas, cuando pude vislumbrar entre la espesura de la noche un pequeño edificio diferente a las demás, la arquitectura era muy sencilla y a la vez muy hermosa, en las 2 entradas se ubicaban shinobis de todo tipo de contextura, algunos usaban peculiares mascaras, otros solo se cubrían el rostro con su capuchas, la humilde construcción estaba infestada de estos poderosos guerreros, los flancos protegidos por animales de toda clase, era imposible pensar siquiera en penetrar la poderosa fortaleza, sin embargo al ser usuario de las artes oscuras, viajero entre sombras, y portador de experiencias abrumadoramente hostiles, ganas conocimiento en el sigilo y el talento del silencio...

Logre escabullirme entre la oscuridad aprovechando la gélida niebla introduciéndome así por una pequeña ventana, para mi sorpresa justo sentado delante mio se encontraba el personaje de la historia de lo sujetos del bar, con una semblante sarcástico, me acomode en el marco de la ventana, levante un brazo y salude humildemente...

_Hokage... ¿¿verdad...??

Off: El capitulo anterior esta en este link... Un visitante iniesperado...